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Programas de cribado
Características generales de los programas de cribado
Definimos el cribado, como la aplicación de procedimientos de selección (cuestionarios, exámenes físicos o cualquier tipo de prueba o test) a poblaciones de individuos aparentemente sanos, para identificar aquellos que pueden padecer la enfermedad en una fase preclínica o asintomática.
Los individuos con pruebas anormales son objeto de estudios complementarios, con el fin de confirmar el diagnóstico y, si procede, efectuar un tratamiento.
Hay que distinguir el cribado poblacional, cuyo objetivo principal es el descenso de la mortalidad y que constituye un programa de Salud Pública promovido generalmente por la administración sanitaria; de los estudios a demanda o de búsqueda de casos, que permiten una ganancia personal a los individuos diagnosticados, con menores requerimientos.
Los requisitos que deben cumplir los problemas de salud para poder realizarse programas de cribado, podrían resumirse en los siguientes:
Por parte de los PROCESOS, deben constituir un importante problema de Salud Pública; causa importante de mortalidad y morbilidad y ser así sentido por la población. El conocimiento de su biología debe permitir el diagnóstico en una fase preclínica o asintomática, cuando los tratamientos son menos agresivos y más efectivos, mejorando el pronóstico de la enfermedad respecto a su diagnóstico en una fase sintomática.
En cuanto a las pruebas a efectuar, deben ser sencillas, seguras, reproducibles y válidas (con una adecuada sensibilidad, especificidad y valor predictivo), aceptadas por la población y por los profesionales sanitarios que las apliquen, valorando riesgos, molestias y costes.
Respecto a los programas, deben haber demostrado su efectividad (medida en descenso de mortalidad), acceder a toda la población a la que van dirigidos y garantizar la derivación de las personas con pruebas anormales a los sistemas de confirmación diagnóstica y tratamiento.
Características generales de los programas de cribado de Cáncer de Mama
El cáncer de mama reúne todos los requisitos exigibles para ser objeto de un programa de cribado de carácter poblacional:
Constituye un importante problema sanitario, con tasas altas de incidencia y mortalidad en la Comunidad Valenciana.
El conocimiento de su historia natural permite diferenciar una fase preclínica, detectable mediante mamografía, adelantando de 2 a 4 años el diagnóstico clínico.
El tratamiento en esa fase precoz permite la conservación de la mama en más del 80% de los cánceres que se detectan en el programa y proporciona tasas de supervivencia elevadas. La tasa de supervivencia al año del diagnóstico se sitúa en el 96% y a los diez años alcanza el 91%. Del total de mujeres estudiadas en el Programa de Prevención de Cáncer de Mama, se detectan entre un 18-20% de cánceres in situ y el 80-82% de cánceres invasivos. Cabe señalar que entre el 70-80% de los invasivos no presentan afectación ganglionar.
La mamografía se ha acreditado como la prueba de cribado más efectiva, permitiendo el diagnóstico de lesiones neoplásicas mucho más pequeñas y con menor afectación ganglionar que mediante el diagnóstico clínico habitual, con escasa morbilidad y buena tolerancia.
Los numerosos estudios-piloto y ensayos clínicos aleatorizados desarrollados en América y Europa desde hace más de tres decenios han demostrado la posibilidad de reducir la mortalidad por cáncer de mama, en las mujeres estudiadas, en alrededor de un 30% respecto a las no estudiadas. Estos resultados son muy claros en mujeres de más de 50 años y con una participación de más del 60%, existiendo controversia sobre los estudios en menores de 50 años, y sobre diversos aspectos metodológicos.
Actual: evaluación más reciente publicada sobre el periodo más amplio de seguimiento.
Años: años de seguimiento.
Inicial: primera evaluación publicada.
De acuerdo con estos resultados, diversos organismos internacionales (OMS, UICC, NCI, American Cancer Society, la Comisión de Expertos de la Unión Europea en su Programa "Europa contra el Cáncer", etc.) y españoles (Comisión de Expertos del Ministerio de Sanidad y Consumo, 1993) han recomendado la puesta en práctica de programas de cribado de cáncer de mama, que realicen mamografías cada 2-3 años a las mujeres entre 50 y 65 años.