CALIDAD AIRE EXTERIOR
El aire limpio es esencial para la salud humana y la del medio ambiente. En las últimas tres décadas se han logrado importantes mejoras en la calidad del aire, sin embargo, la contaminación del aire sigue siendo la principal causa medioambiental de muerte prematura en la UE.
La contaminación atmosférica constituye un riesgo para la salud que causa enfermedades cardiovasculares y respiratorias y que comporta la pérdida de años de vida saludable y, en los casos más graves, muertes prevenibles. Además, amenaza el medio ambiente a través de la acidificación, la eutrofización y el daño por ozono, causando daños a bosques, ecosistemas y cultivos. La eutrofización por la deposición de nitrógeno tiene un impacto significativo en la biodiversidad y puede agravar las situaciones de exceso de nitrógeno a través de la contaminación del agua.
La calidad del aire está estrechamente relacionada con el clima y los ecosistemas. Muchas de las fuentes de contaminación atmosférica emiten también gases de efecto invernadero. Por consiguiente, las políticas orientadas a reducir la contaminación del aire son una estrategia beneficiosa para el clima y la salud, pues reducen la carga de morbilidad y ayudan a mitigar el cambio climático a corto y largo plazo. Las medidas para reducir la contaminación del aire no solo mitigan los riesgos de desarrollar enfermedades, sino que tienen amplios beneficios para la salud al promover estilos de vida más activos.
Pulsa en la imagen para conocer el índice de calidad del aire
Los cambios a nivel climático están modificando asimismo los procesos de polinización, alterando sus estacionalidades y concentraciones, con el consiguiente impacto sobre los procesos alérgicos. Las enfermedades alérgicas son especialmente sensibles al clima: condiciones más cálidas favorecen la producción y liberación de alérgenos transportados por el aire (pólenes, esporas, etc.) que tienen efecto sobre las enfermedades respiratorias alérgicas y que, en algunos casos, pueden provocar asma.
El sistema de salud asume un coste económico nada despreciable por las consecuencias para la salud de estar expuesto al cambio climático y la contaminación del aire.
La pérdida de calidad del aire derivada de la contaminación atmosférica es el principal factor de riesgo medioambiental que, junto a los factores de riesgo conductuales como el consumo de tabaco, la inactividad física, el consumo de alcohol y la alimentación poco saludable son causa de enfermedades no trasmisibles. La evidencia científica pone de relieve graves impactos sobre la salud humana, el medio ambiente y la economía que afectan de forma desigual a la población. Aunque la calidad del aire ha mejorado gracias a las políticas públicas aplicadas, el avance es insuficiente.
PARTÍCULAS EN SUSPENSIÓN
Las partículas en suspensión (PM) consisten en una compleja mezcla de partículas líquidas y solidas de substancies orgánicas e inorgánicas (sulfatos, nitratos, amoníaco, cloruro de sodio, hollín, polvos minerales, agua, …) suspendidas en el aire. Estas partículas se clasifican en función del diámetro aerodinámico: las partículas en suspensión de menos de 10 µm (PM10) y las partículas en suspensión de menos de 2.5 µm (PM2.5) que incluyen las llamadas partículas ultrafinas, que tienen un diámetro inferior a 0.1 µm.
En general, la parte gruesa de las PM10 se compone en buena medida de partículas primarias emitidas directamente a la atmósfera tanto por fenómenos naturales (incendios forestales o emisiones volcánicas) como por las actividades humanas (labores agrícolas o de construcción, resuspensión de polvo, actividades industriales, etc.).
Las PM2.5, por el contrario, suelen estar compuestas principalmente por partículas secundarias formadas en la atmósfera a partir de un precursor gaseoso (NOx, SO2, COV, NH3, etc.) mediante procesos químicos o por reacciones en fase líquida. Asimismo, dependiendo de su tamaño, las partículas se comportan de manera distinta en la atmósfera: las más pequeñas se pueden mantener suspendidas durante largos periodos y viajar cientos de kilómetros mientras que las partículas más grandes no se sostienen en el aire mucho tiempo y tienden a depositarse más cerca de su lugar de origen.
Los efectos de la contaminación por material particulado han sido demostrados en diferentes ámbitos, entre los cuales destacan la salud humana, el clima y los ecosistemas. Las concentraciones más elevadas suelen encontrarse en las zonas urbanas y en países de ingresos bajos y medianos.
Los efectos en la salud humana de las partículas PM10 y PM2.5 se producen por exposiciones a corto plazo (horas o días) y/o exposiciones a largo plazo (meses o años). Las partículas más peligrosas son las más finas ya que pueden llegar por inhalación a las zonas periféricas de los bronquiolos y alterar el intercambio pulmonar de gases. Según la revisión de la OMS de 2021, las partículas en suspensión conllevan efectos sobre la salud incluso en concentraciones muy bajas; de hecho, no se ha podido identificar ningún umbral por debajo del cual no se hayan observado daños para la salud.
OZONO TROPOSFÉRICO O SUPERFICIAL
El ozono es una molécula formada por tres átomos de oxígeno. Es un gas incoloro e invisible que se encuentra de forma natural en la estratosfera, la capa de la atmósfera más cercana a la tierra y que nos protege de las radiaciones de rayos ultravioleta, pero que también se puede encontrar como contaminante secundario en la troposfera (tramo de atmósfera situada entre el suelo y 10 km de altura). Es un contaminante que no se emite directamente en la atmósfera, sino que se forma a partir de reacciones químicas entre contaminantes primarios como los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles no metánicos. El metano y el monóxido de carbono también desempeñan un papel en su formación. Las reacciones químicas entre estos contaminantes primarios necesitan una radiación solar intensa durante un período de tiempo suficientemente largo (un mínimo de varias horas) para formar el ozono. Las concentraciones más altas se producen en los meses de verano y en zonas rurales.
La exposición a elevados niveles del mismo origina problemas respiratorios sobre la salud humana (irritación, inflamación, insuficiencias respiratorias, asma) y puede contribuir a incrementar la mortalidad prematura. Además, los elevados niveles de ozono reducen la capacidad fotosintética de las plantas debilitando su reproducción y crecimiento, mermando las cosechas y el desarrollo de los bosques, afectando indirectamente en la salud humana.
ÓXIDOS DE NITRÓGENO
Los óxidos de nitrógeno (NOx) son un grupo de compuestos químicos gaseosos muy reactivos. Los más importantes son el óxido nítrico (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2). La mayor parte de los NOx se emiten en la atmósfera en forma de NO que se oxida rápidamente en NO2. Por su parte, el NO2 es la principal fuente de los aerosoles de nitratos que constituyen una parte importante de las PM2.5 y, además, el NO2 en presencia de la luz ultravioleta es la fuente principal del ozono troposférico. Se emiten en los procesos de combustión que se llevan a cabo en relación con el tráfico (en especial de motores diésel) así como, en instalaciones industriales de alta temperatura y de generación eléctrica. Las concentraciones más altas se dan en grades núcleos urbanos y en el entorno de vías de comunicación con tráfico denso.
Pueden producir efectos adversos sobre la salud humana (inflamación de las vías aéreas, afecciones de órganos, como hígado o bazo, o de sistemas, como el circulatorio o el inmunitario, que propician a su vez infecciones pulmonares e insuficiencias respiratorias) y sobre el medio ambiente (acidificación y eutrofización de ecosistemas, afecciones metabólicas, limitación del crecimiento vegetal).
DIÓXIDO DE AZUFRE
El SO2 llega a la atmósfera principalmente como consecuencia de actividades humanas tales como la quema de carbón o petróleo. Las fuentes naturales como los volcanes también aportan un porcentaje notable.
Entre los efectos adversos sobre la salud están el agravamiento del asma, irritación e inflamación del sistema respiratorio, malestar general, dolor de cabeza y ansiedad. También ocasiona daños en la vegetación y afecta a la biodiversidad.
OTROS CONTAMINANTES
El benceno es un compuesto orgánico carcinógeno en humanos, puede causar leucemia, afectar al sistema nervioso central, a la producción de células sanguíneas, puede deteriorar el sistema inmunitario y dañar el material genético celular, causando malformaciones congénitas. Este contaminante procede sobre todo de fuentes de tipo natural. Se libera básicamente como consecuencia de procesos de combustión incompleta y por evaporación de determinados combustibles. Sus principales fuentes son el uso del automóvil en las ciudades (a través de su tubo de escape), la evaporación de la gasolina y el diésel, la producción de compuestos químicos y el tabaco.
Algunos compuestos químicos de interés para la salud pública que pueden formar parte de la fracción particulada y por tanto no sólo contaminan el aire, sino que también pueden depositarse en suelos y aguas y acumularse en ellos (por tanto, en las cadenas alimenticias), con una elevada persistencia:
El benzo(a)pireno (BaP), se libera principalmente durante la quema de leña o carbón en estufas de uso doméstico y del humo de los gases de escape de los coches, especialmente de los motores diésel. Además de provocar cáncer, el BaP también irrita los ojos, la nariz, la garganta y los bronquios.
Metales:
El plomo (Pb) y otros metales como el arsénico (As), el cadmio (Cd), y el níquel (Ni) constituyen contaminantes que frecuentemente se asocian a las partículas:
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El Arsénico inorgánico es cancerígeno en humanos, irritante para las vías respiratorias y puede producir daños sanguíneos, cardiacos, hepáticos y renales, además de alterar el sistema nervioso periférico.
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El Cadmio, y en especial el óxido de cadmio, es igualmente carcinogénico para el hombre, y afecta especialmente a los sistemas respiratorio, renal y reproductivo.
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El Plomo potencialmente puede afectar a todos los órganos y sistemas del cuerpo, y en especial al sistema nervioso, originando retraso mental, nacimientos prematuros y retrasos en el crecimiento.
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Diversos compuestos de Ni se encuentran también considerados como carcinogénicos. Puede provocar reacciones alérgicas cutáneas y afectar a la defensa inmune y a los sistemas respiratorio y renal, y reducir la fertilidad, con consecuencias similares para humanos y animales.
La pérdida de calidad del aire derivada de la contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana y una de las principales causas evitables de muertes y enfermedades en todo el mundo. Los síntomas y la magnitud de los efectos de la contaminación del aire en la salud se pueden representar como una pirámide, donde los resultados de salud menos frecuentes y más graves se encuentran en la cima y los efectos menos graves, que sufren una mayor proporción de la población, la base de la pirámide.
Algunas enfermedades son atribuibles a un solo contaminante y otras están asociadas a múltiples contaminantes. Además, algunos contaminantes pueden causar efectos en la salud después de una exposición prolongada (meses o años), mientras que otros pueden afectar la salud individual en unos pocos días. Los contaminantes también pueden interactuar entre sí o con otros factores como la temperatura y exacerbar sus efectos sobre la salud.
En 2013, el Organismo internacional de investigación del cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó la contaminación del aire como cancerígena para el ser humano. La evidencia científica reciente ha demostrado que la contaminación del aire tiene el potencial de dañar casi todos los órganos de nuestro cuerpo. Esta imagen proporciona una breve descripción de los principales efectos sobre la salud. Los marcados con (*) son aquellos efectos para los cuales la evidencia científica es más sólida.
Fuente: Air pollution and health: an introduction for health workers. World Health Organization 2023
Los factores que influyen en el riesgo y la susceptibilidad o sensibilidad a los contaminantes incluyen:
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factores del curso de vida, por ejemplo, ser una persona mayor, un niño o una mujer embarazada;
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factores genéticos
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y enfermedades preexistentes, como enfermedades crónicas, enfermedades respiratorias y otras enfermedades no transmisibles como la diabetes.
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Además, las personas más vulnerables son las que tienen una mayor exposición a la contaminación del aire debido a factores externos, como:
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lugar de residencia (trabajo o casa, especialmente si está cerca del tráfico u otras fuentes de emisiones);
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condiciones de vida precarias (por ejemplo, vivir en barrios marginales);
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tipo de ocupación (por ejemplo, trabajadores al aire libre)
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estatus socioeconómico bajo. Los factores asociados con un nivel socioeconómico más bajo pueden hacer que una persona sea más vulnerable a la exposición a la contaminación del aire, incluyen: dieta pobre; falta de ejercicio; falta de acceso a espacios verdes; falta de acceso a la atención sanitaria; vivir al lado de una carretera muy transitada; tener que desplazarse con mucho tráfico y falta de acceso a energía limpia a nivel doméstico.
Los grupos de población susceptibles difieren entre exposiciones a corto o largo plazo, los más susceptibles a corto plazo son los que sufren enfermedades crónicas o comorbilidades. Incluso las personas aparentemente sanas son susceptibles a la exposición largo plazo. La exposición puede desde iniciar una enfermedad a acelerar su progresión.
Para mejorar tu conocimiento sobre la calidad del aire que respiras, consulta este PDF.
Conocer la calidad del aire ICA
El impacto predominante en la salud de la contaminación del aire se debe a la exposición durante todo el año a niveles medios de contaminación y no sólo a picos de contaminación. La reducción de los niveles promedios anuales de contaminantes en el aire maximiza los beneficios para la salud y reduce la intensidad y frecuencia los picos de contaminación y por tanto la exposición a niveles altos de contaminantes atmosféricos.
La Directiva (UE) 2024/2881 del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de octubre de 2024 sobre la calidad del aire ambiente y una atmósfera más limpia en Europa, tiene como objetivo reducir la contaminación atmosférica a niveles que no sean perjudiciales para la salud, los ecosistemas naturales o la biodiversidad para el año 2050, siguiendo las directrices de la OMS de 2021. Para lograrlo, establece normas de calidad del aire para el año 2030 con el objetivo de reducir en más de un 55 % las repercusiones en la salud. Esta directiva se aplicará a partir de 2026 y busca mejorar progresivamente la calidad del aire, garantizar el derecho a un aire limpio y la información ciudadana.
Periodo | RD 102/2011 | Directiva 2024/2881 (exigible 2030) | Valores Guía OMS (2021) | |
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NO2 | Anual (µg/m3) | 40 | 20 | 10 |
PM10 | Anual (µg/m3) | 40 | 20 | 15 |
PM2,5 | Anual (µg/m3) | 25 | 10 | 5 |
Ozono | Máximo diario de medias octohorarias (µg/m3) | 120 (25 veces) | 120 (18 veces) | 100 (3 veces) |
Plomo | Anual (µg/m3) | 0,5 | 0,5 | 0,5 |
Benceno | Anual (µg/m3) | 5 | 3,4 | 1,7 |
Entre paréntesis se indica el número de superaciones anuales permitidas de cada valor límite
Se puede consultar la normativa vigente de calidad del aire en la web de medioambient, los valores límite de la revisión de la directiva 2024 aquí y los valores guía de la OMS aquí.
Comparación entre la población urbana expuesta a niveles superiores a los establecidos en la normativa actual (EU standards) y la expuesta a valores superiores a los valores guía de la OMS (WHO guidelines).
La evaluación de la calidad del aire en la Comunidad Valenciana se realiza a partir de los datos obtenidos en la Xarxa Valenciana de Vigilància i Control de la Contaminació Atmosfèrica, se gestiona desde la Consellería de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio y los Informes de Evaluación de la Calidad del Aire en España del Ministerio de transición Ecológica y Reto demográfico.
Evaluación de la calidad del aire en la Comunitat Valenciana, 2022
Los episodios de alta contaminación pueden ser causados por emisiones de contaminantes derivadas de eventos locales, regionales o emisiones transfronterizas (antropogénicas o naturales) cuya formación, transporte o acumulación se ve agravada significativamente por condiciones meteorológicas concretas como las intrusiones de polvo sahariano (calima), alta insolación o intensas condiciones anticiclónicas así como por incendios forestales y quemas de restos agrícolas.
En España, destacan las intrusiones de polvo sahariano, los episodios de ozono o, en contextos urbanos, altos niveles de óxidos de nitrógeno ante el aumento y la falta de dispersión de las emisiones locales. La climatología afecta a los procesos de dispersión y transporte de los contaminantes en la atmósfera por lo que es un factor condicionante para la calidad del aire.
Estos episodios requieren de estrategias a largo plazo que reduzcan los niveles de fondo de contaminación y medidas de acción inmediata que limiten las actividades contaminantes durante los mismos, entre otras.
OZONO TROPOSFÉRICO O3
Consulta el documento Ozono troposférico
INCENDIOS
En relación con los efectos del humo, los incendios forestales generan altas concentraciones atmosféricas de gases y de material particulado (PM10, PM 2.5), incluso durante largos periodos de tiempo.
En situaciones de emergencia por incendio, los efectos del humo y de las partículas generadas, incluso fuera de la zona cercana al fuego, hacen necesaria la difusión de recomendaciones dirigidas a la población, principalmente a los grupos más vulnerables (menores, embarazadas, personas de edad avanzada, pacientes con afecciones respiratorias -EPOC, asma- y cardiovasculares).
Incendio Villanueva de Viver: Imagen satélite del 28 de marzo de 2023 Copernicus
El humo puede afectar a los ojos, irritar el sistema respiratorio y agravar enfermedades cardiacas y pulmonares, así como aumentar los trastornos depresivos.
Por ello se deben adoptar las siguientes recomendaciones:
- Limitar la exposición al humo: permanecer el mayor tiempo posible en ambientes interiores, manteniendo el aire interior tan limpio como sea posible.
- Mantener puertas y ventanas cerradas.
- Cerrar cualquier entrada de aire desde el exterior (chimenea, campana extractora, rejillas de ventilación, enchufes…) para evitar la entrada de humo o gases.
- Evitar la contaminación del aire en ambientes cerrados (no encender nada que tenga llamas, no pasar la aspiradora, evitar fumar…).
- Reducir la actividad física tanto en exteriores como en interiores.
- En caso de padecer enfermedades cardiorrespiratorias, es recomendable ponerse en contacto con su centro de salud si sus síntomas empeoran.
- Se informa que las mascarillas quirúrgicas y el uso de pañuelos no son una protección segura contra el humo.
- Las mascarillas quirúrgicas y el uso de pañuelos no son una protección segura contra el humo. Para la adecuada protección respiratoria frente a las partículas generadas por el incendio, se recomienda el uso de mascarillas tipo FFP2. Las mascarillas FFP2 con filtro de carbono activo además protegen de los gases contaminantes.
- Se pueden consultar los datos de calidad de aire en la Comunitat Valenciana a través de la app GVAire y en https://ica.miteco.es/
- Al regresar a casa después de un incendio evite la exposición a las cenizas. Limpie con trapo húmedo y humedezca el suelo antes de barrer evitando que las partículas pequeñas queden en suspensión. Utilice mascarillas tipo FFP2.
EPISODIOS DE INTRUSIONES DE POLVO SAHARIANO
El polvo desértico Sahariano es un componente natural que eventualmente contribuye a aumentar las concentraciones de partículas respirables de tipo PM10 y PM2,5, durante los denominados episodios de calima. La presencia de este polvo en suspensión empeora la calidad del aire, afectando a la salud de la población. La inhalación de este polvo sahariano del aire ambiente inflama las vías respiratorias e incrementa el riesgo de muerte cardiovascular.
La frecuencia de estos episodios ha aumentado entre un 14 y un 63% según las zonas consideradas respecto a la media de años anteriores (considerando el período 2001- 2021) en la totalidad de la Península y los archipiélagos balear y canario. En la Comunitat Valenciana se estima que el 27% de los días de 2022 tuvieron influencia de polvo africano. Los aportes de polvo africano calculados para las diferentes estaciones de fondo muestran que la contribución media anual de polvo africano a los niveles de PM10 fue entre 3,9 y 4,0 μg/m3 en la zona de levante.
Las intrusiones de polvo del Sáhara contribuyen a empeorar la calidad del aire y ha demostrado tener efectos negativos en la salud que empeoran cuanto menor es la distancia al norte de África y con una mala calidad del aire ya existente.
ESTABILIDAD ATMOSFÉRICA
Los anticiclones invernales con vientos flojos e inversiones térmicas dan lugar a una mala ventilación de la capa baja de la atmósfera e impiden que los contaminantes se dispersen dando lugar a una mala calidad del aire (principalmente por óxidos de nitrógeno y partículas) sobre todo en núcleos urbanos.
Fuente: Secretaría de Ambiente. Bogotá
ACTIVIDADES
Quema de restos vegetales:
Según la ONU muchos agricultores consideran que la quema agrícola es la forma más eficaz y rentable de limpiar la tierra, fertilizarla y prepararla para una nueva plantación. Sin embargo, estas quemas e incendios forestales que pueden propagarse a partir de éstas son la mayor fuente de carbono negro del mundo y una gran amenaza para la salud humana y ambiental. El carbono negro es un componente de las PM2.5 que penetra profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo. Además, este componente actúa como gas de efecto invernadero calentando la atmósfera y aumentando la temperatura.
La calidad del aire es un problema ligado al cambio climático y ambos son un problema para la salud. Un enfoque integrado de las acciones de mitigación del cambio climático y de la contaminación atmosférica permitiría obtener beneficios en SALUD.
La contaminación atmosférica y el cambio climático están intrínsecamente vinculados porque comparten las mismas fuentes. El cambio climático puede favorecer la persistencia de condiciones atmosféricas que dificultan la dispersión de los contaminantes, agravando la contaminación atmosférica.
Las medidas que contribuyen a la mitigación de un fenómeno suelen tener efectos positivos en el otro, aunque no en todos los casos es así. Por eso, hay que planificar las medidas en cada ámbito para que se potencien las sinergias.
La contaminación del aire es un problema de todos y todos debemos contribuir a su reducción. Manteniéndonos informados y modificando nuestras prácticas podemos respaldar la adopción de soluciones que contribuyan a reducir la contaminación del aire y a la vez adoptar hábitos cotidianos puede mejorar nuestra salud como, por ejemplo, cambiar el coche por el transporte activo caminando o en bicicleta. Consulta cómo puedes mejorar la calidad del aire
Por otro lado, evaluar todos los riesgos climáticos y sus interrelaciones puede ofrecernos soluciones que combinen las estrategias de adaptación con las acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación) con el fin de proteger a las personas y a la naturaleza.
La implicación de la Salud Pública y de todos los profesionales de la salud, así como establecer colaboraciones multisectoriales que garanticen las acciones necesarias para minimizar los impactos del cambio climático y mejorar la calidad del aire, incorporando el principio de Salud en Todas las Políticas y el enfoque integrador del One Health es una prioridad para lograr el Desarrollo Resiliente al Clima. Para abordar las consecuencias e impactos del cambio climático se necesita una labor de concienciación a todos los niveles en el que el argumento de la salud sea el motor del cambio e involucre a todos los sectores de la sociedad.
Los bosques urbanos, los espacios verdes y otras soluciones basadas en la naturaleza aumentan la calidad de vida, reducen la exposición a riegos ambientales, mejoran la resiliencia local y promueven estilos de vida saludables.
Los bosques desempeñan un papel fundamental en la preservación del medio ambiente. Actúan como sumideros de carbono, al absorber dióxido de carbono de la atmósfera y promueven la biodiversidad al proporcionar hábitats para una variedad de especies vegetales y animales. Desempeñan un papel crucial en la regulación del ciclo del agua, ayudando a prevenir la erosión del suelo y a mantener la calidad del agua. Sus raíces actúan como filtro natural, y su sombra contribuye a mantener un clima local más fresco.
Una Salud o One Health, expresa que la salud humana, la de los animales y las plantas son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten, muchos de los cuales residen en nuestros bosques.
Los servicios ecosistémicos son aquellos que obtenemos del funcionamiento adecuado de los ecosistemas y nos permiten obtener desde el agua potable, aire respirable, y suelos fértiles hasta el mantenimiento de las dinámicas climáticas o el bienestar psíquico. En definitiva, son los beneficios que un ecosistema aporta a la sociedad y que mejoran la salud, la economía y la calidad de vida de las personas.
Los bosques aportan importantes beneficios a nuestra salud:
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Los árboles ayudan a descender la temperatura del llamado efecto “isla de calor” que se produce en los núcleos urbanos debido al hormigón, el asfalto y otros materiales que absorben calor. Los árboles pueden reducir hasta 10 grados la temperatura mediante la evapotranspiración, captando CO2 y emitiendo vapor de agua y la sombra que nos proporcionan. El potencial de enfriamiento que tienen los bosques es esencial para combatir el riesgo directo de enfermedades relacionadas con el calor, como los golpes de calor.
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El bosque urbano puede ayudar a mejorar la calidad del aire eliminando directamente los contaminantes. Indirectamente, al crear condiciones climáticas más agradables en el entorno urbano, se reducirá la necesidad de refrigeración y/o calefacción y conllevará una disminución de la demanda energética y de emisión de contaminantes atmosféricos. Los árboles también emiten compuestos orgánicos volátiles que pueden contribuir a la formación de ozono. Sin embargo, los estudios integrados han dado a conocer que el aumento en la cobertura de los árboles conduce a una menor formación de ozono (Nowak y Dwyer 2000).
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Los árboles absorben y bloquean el sonido, lo que reduce la contaminación acústica.
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Según un estudio de la Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido, plantar árboles alrededor de los ríos podría reducir las inundaciones en las ciudades, al disminuir la velocidad del agua de lluvia.
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Los servicios ecosistémicos que prestan los bosques y los árboles contribuyen a la seguridad alimentaria protegiendo la agricultura, entre otras cosas, mantienen la fertilidad del suelo, regulan el ciclo hídrico y el clima, proporcionando el hábitat a polinizadores silvestres y a depredadores de las plagas agrícolas.
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Mantienen y protegen la biodiversidad; la deforestación se ha relacionado con la alteración de los ciclos de transmisión de enfermedades transmitidas por vectores y el aumento de la exposición de los seres humanos o los animales domésticos a los vectores.
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Uno de los impactos de la degradación de los bosques y sus ecosistemas es la pérdida de biodiversidad y por tanto del equilibrio entre especies, la modificación de las interacciones entre ellas y de sus funciones ecológicas. Ello puede facilitar que haya saltos entre especies como sucedió con la COVID-19. En un ecosistema sano y rico en biodiversidad las interacciones entre las distintas especies reducen la posibilidad de que los portadores de patógenos proliferen y aumente la probabilidad de que entran en contacto con los seres humanos. Cuidar y restaurar los bosques y ecosistemas puede prevenir el aumento de zoonosis que suponen un grave riesgo para la salud.
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Son entornos de promoción de la salud donde podemos relajarnos, realizar actividad física, relacionarnos y mantener actividad social con los vecinos aportando así beneficios tanto para la salud física como mental
Los bosques reducen los riesgos relacionados con algunas de las principales enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, cánceres, enfermedades respiratorias crónicas, diabetes y problemas de salud mental,
Calidad del aire. Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio Rural.
Atmósfera y calidad del aire. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Contaminación atmosférica. Agencia Europea de Medio Ambiente.
Contaminación del aire ambiente (exterior). OMS
Air pollution. EEA European Environment Agency
Air pollution and health: an introduction for health workers. Curso de formación de OpenWHO.
Breathlife OMS
OMS: Respira la Vida – Vídeo: Cómo la contaminación del aire afecta a tu cuerpo
Datos de calidad del aire:
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European city air quality viewer. EEA: European Environment Agency
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European air quality forecast plots. CAMS air quality forecasts. Copernicus Atmosphere Monitoring Service
- Air Quality API Pollutants and pollen forecast in 11 km resolution. CAMS European air quality forecast
- Aplicaciones:
- GVAire (Generalitat Valenciana)
- European Air Quality Index (European Environment Agency)
- ICA - Índice de Calidad del Aire (Ministerio para Transf. Digital y Función Pública)
Pulsa en la imagen para conocer los niveles de polen.
Entre la variedad de partículas biológicas presentes en el aire que respiramos, dos tipos, el polen procedente de las plantas con flores y las esporas generadas por diversos hongos saprófitos (mohos) que degradan la materia orgánica, son los principales responsables de los trastornos alérgicos ocasionados por inhalación de aeroalérgenos. El impacto negativo que su presencia atmosférica tiene en la salud humana es importante, ya que un elevado porcentaje de la población sufre afecciones alérgicas causadas por ellos.
La polinosis es una enfermedad alérgica caracterizada por producir síntomas en las personas sensibles, que afecta, sobre todo, a las mucosas respiratorias, principalmente la rinitis alérgica y el asma alérgica y síntomas oculares, como la conjuntivitis alérgica entre otros y, en los casos más graves, crisis de asma. La alergia al polen es un problema de salud pública, ya que en los países industrializados afecta aproximadamente al 15% de la población, incrementándose este porcentaje hasta un 30 % entre las personas más jóvenes.
La contaminación atmosférica es un factor que potencia el efecto alergénico del polen. Otro elemento que contribuye a agravar este problema de salud es el proceso de cambio climático, que varía los periodos de polinización de las diferentes especies de plantas y favorece el establecimiento de especies y pólenes de climas más templados, a los que la población no había estado expuesta anteriormente.
La medida más eficaz para prevenir la alergia al polen es evitar la exposición al tipo de polen al que somos sensibles. Para ello es fundamental el diagnóstico, la determinación del tipo o tipos de polen que afectan a nuestra salud en la consulta de alergología.
La información sobre el inicio, duración y finalización de la polinización, así como de los niveles de los pólenes a los que son alérgicos los pacientes les permite adoptar medidas preventivas para evitar la exposición, aplicar tratamientos preventivos o, en caso necesario, utilizar medicación para controlar los síntomas.
Los principales consejos para aliviar la alergia en periodos de niveles elevados de polen son:
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Manténgase informado sobre los niveles de polen.
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Evite el contacto directo con las plantas productoras del polen al que se tiene alergia.
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Mantenga bien limpias las manos y la cara, lavando nariz y ojos frecuentemente con agua fresca.
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Siga con la medicación prescrita. Los medicamentos antihistamínicos pueden producir somnolencia y disminuir la atención, lo que hay que tener en cuenta a la hora de conducir y realizar actividades que requieran concentración.
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Viaje en coche con las ventanillas cerradas y protéjase con mascarilla FPP2 y gafas en los desplazamientos en moto o bicicleta.
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En el exterior evite el contacto del polen con las mucosas de la boca, nariz y ojos, empleando gafas de sol y mascarillas FPP2.
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En el domicilio, utilice el aspirador y bayetas húmedas para limpiar el polvo y duerma con las ventanas cerradas ya que los niveles de polen son más altos de madrugada
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Utilice filtros de polen en el aire acondicionado de viviendas y vehículos, si es posible.
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Tenga en cuenta que las concentraciones de polen en el aire aumentan en días de tormenta de alto contenido eléctrico y vientos fuertes, pues el polen se moviliza y reflota en el aire.
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Evita cortar el césped y tumbarte sobre él
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No seques la ropa al aire cuando los niveles de polen sean altos ya que este puede adherirse en la ropa húmeda.
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Disminuya las actividades al aire libre durante las primeras horas de la mañana (de 5h a 10h es mayor intensidad de emisión) y a última hora de la tarde (19- 22h se produce la deposición del polen en suspensión al enfriarse la atmosfera). En casa mantenga las ventanas cerradas especialmente en dichos periodos
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Cuando viaje consulte los niveles de polen en el lugar y tome las medidas de protección adecuadas.
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Acuda a la consulta de alergología y siga sus prescripciones médicas.
Además del polen, existen otros factores que pueden empeorar los síntomas y que los alérgicos al polen deben evitar: humos y vapores, olores fuertes, contaminación atmosférica, cambios bruscos de temperatura, realizar ejercicio físico sin preparación, etc.
Red Aerobiológica de Valencia ( AVAIC)
Sociedad española de Alergología e Inmunología clínica SEAIC
European air quality hourly forecast of pollens. CAMS air quality forecasts. Copernicus Atmosphere Monitoring Service