Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental de 2024, la OMS y sus asociados han decidido subrayar el vínculo esencial que existe entre la salud mental y el ámbito laboral. Los lugares de trabajo seguros y saludables ayudan a proteger la salud mental, mientras que las condiciones poco saludables, la estigmatización, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras condiciones de trabajo deficientes son riesgos importantes que afectan a la salud mental y la calidad de vida en general y, en consecuencia, a la participación y la productividad en el trabajo. Si se tiene en cuenta que el 60% de la población mundial trabaja, resulta urgente tomar medidas para que el trabajo prevenga los riesgos para la salud mental y la proteja y fomente.
Los gobiernos, los empleadores, las organizaciones que representan a los trabajadores y empleadores, y otras partes interesadas responsables de la salud y la seguridad de los trabajadores deben colaborar para ayudar a mejorar la salud mental en el trabajo aplicando medidas en las que se tenga en cuenta la opinión de los propios trabajadores, sus representantes y personas con experiencia directa con problemas de salud mental. Al invertir esfuerzos y recursos en enfoques e intervenciones basados en la evidencia, se vela por que todos los trabajadores tengan la oportunidad de desarrollarse en el trabajo y en la vida. Debemos actuar hoy para que el mundo de mañana sea más saludable.
El Plan Valenciano de Salud Mental y Adicciones 2024-2027, aprobado por Acuerdo de 23 de julio de 2024, del Consell, tiene como objetivo general la mejora de la salud mental en la población de la Comunidad Valenciana, tanto mediante acciones preventivas como asistenciales y de rehabilitación y reinserción social.
Este Plan contempla en la Línea Estratégica 1, “Promover una Salud Mental positiva y prevenir la Enfermedad Mental, los Trastornos Adictivos y el Suicidio”, concretando en la acción 1.11., “Fomentar la implementación de programas de promoción de la salud mental y de prevención e intervención precoz de las enfermedades mentales, incluyendo las adicciones, en el ámbito laboral”.
El entorno laboral es uno de los principales factores determinantes que influye en la salud mental de las personas trabajadoras. Este entorno laboral favorece el bienestar emocional cuando el trabajo aporta satisfacción y contribuye a la autorrealización personal, pero también puede contribuir en la aparición de alteraciones en la salud mental de la persona trabajadora como, por ejemplo, cuando se está trabajando bajo condiciones estresantes, por ritmos y horarios de trabajo inadecuados, por posibles situaciones de abuso y/o acoso, etc.
Según el Sondeo de opinión europeo sobre seguridad y salud en el trabajo realizado por la Agencia Europea especializada en la materia en 2022:
- El 27% de los trabajadores sufren estrés, ansiedad o depresión agravados por el trabajo.
- El 32% de la población trabajadora perciben que los factores psicosociales están presentes cada día.
- Una cuarta parte de los trabajadores en España experimentan tristeza diaria en su lugar de trabajo.
- El 36% de los trabajadores sufren estrés diario en el trabajo, un 25% experimentan tristeza y el 22% ira.
- Según la encuesta eurobarometro (2023) el 46% de los trabajadores se enfrentaron a problemas emocionales o psicosociales pero más de la mitad no buscó ayuda.
En 2023, hasta octubre, 466.078 trabajadores españoles recibieron una baja médica por problemas de salud mental, incrementándose en los últimos 6 años un 81’54% este tipo de incapacidades laborales. Mientras que el cuidado de la salud mental en el trabajo disminuye las bajas laborales en un 66%.
FACTORES DE RIESGO
La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 1986) ha definido los riesgos psicosociales como las interacciones entre el contenido, la gestión y la organización del trabajo y otras condiciones ambientales y organizativas, por un lado, y las competencias y necesidades del personal, por otro, algunos riesgos psicosociales son los siguientes:
- insuficiencia de capacidades o su empleo insuficiente en el trabajo;
- cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal;
- horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles;
- falta de control sobre el diseño o la carga del trabajo;
- condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes;
- cultura institucional que permite los comportamientos negativos;
- apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria;
- violencia, acoso u hostigamiento;
- discriminación y exclusión;
- funciones laborales poco definidas;
- promoción insuficiente o excesiva;
- inseguridad laboral, remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional
- demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.
Aunque los riesgos psicosociales pueden encontrarse en todos los sectores, los trabajadores que ejercen su actividad profesional en los sectores de salud, humanitarios o de emergencias, debido a la labor que realizan o en el entorno en el que la desempeñan, tienen una mayor probabilidad de estar expuestos a esos riesgos (OMS, 2024)
PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN
- Gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo por parte del empleador a través de intervenciones dirigidas a las condiciones y entornos del trabajo.
- Sensibilizar a los trabajadores tanto en el conocimiento de la problemática como en la ruptura del estigma.
- Intervenciones dirigidas a personas para la gestión del estrés y reducción de los síntomas relacionados con la salud mental.
- Planes de incorporación progresivos y adaptados para aquellos empleados que han cursado una baja laboral por algún problema de salud mental.
Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), se puede propiciar la salud mental de las personas trabajadoras teniendo en cuenta los siguientes principios: 1. Libertad. Tener libertad a la hora de organizar su propio trabajo, el orden, el ritmo y la forma de hacer las tareas, estimula su participación en la toma de decisiones. 2. Trabajo en equipo. Fomentar el trabajo en equipo para evitar la competitividad entre compañeros y compañeras. 3. Liderazgo democrático. Entrenar a los mandos en el liderazgo, que respeten a las personas a su cargo, fomenten el apoyo, generen confianza y ofrezcan reconocimiento. 4. Clarificar. Las funciones y responsabilidades de cada cual en su trabajo deben ser inequívocas. 5. Dar sentido al trabajo. Organizarlo de modo que se eviten tareas estrictamente pautadas, puestos donde no es necesario pensar o tareas monótonas y repetitivas. Enriquecer y ampliar el contenido del trabajo. 6. Transparencia. Hacer de ella una política de la organización, en los sistemas de información y comunicación, en los programas de reciclaje y promoción y en los procesos de toma de decisiones. 7. Autonomía temporal. Facilitar la flexibilidad de horarios y el teletrabajo, reducir a lo imprescindible el trabajo a turnos y nocturno o los horarios variables ayudan a una mejora de la productividad y de la salud del trabajador/a. 8. Estabilidad. Apostar por políticas de estabilidad en el empleo. Reducir la imprevisibilidad y la incertidumbre. Informar a tiempo de los cambios previstos. 9. Recursos. Proporcionar los necesarios humanos y materiales necesarios para realizar el trabajo en buenas condiciones. 10. Ejercicio físico. Ofrecer facilidades para que el personal lo practique, mejor si es en grupo. 11. Formación práctica. Ofrecer a las personas formación que les permita gestionar su propio estrés: técnicas de relajación, estrategias de afrontamiento, gestión del tiempo, trato con usuarios, etc. |